Brevísimo repaso de algunas lecturas que nuestro redactor en jefe realizó entre los meses de julio y agosto de este año.
A pesar de seguirlo desde hace más de una década a través de su programa radial La Venganza Será Terrible, y de haberlo seguido en su más reciente proyecto televisivo, que recomendamos en ESTE post, nunca me había acercado a sus libros. Era una de las deudas pendientes que tenía con la lectura, junto con otro centenar de autores que no vienen al caso mencionar porque sería largo y aburrido hacerlo, y de a poco la hemos ido pagando.
Lo cierto es que dos situaciones concretas nos impulsaron a esta tarea: una, la publicación de su primera novela, Cartas Marcadas, y segundo, por la mención que un amigo de este blog hizo en su propio espacio del primer libro de Dolina: Crónicas del Ángel Gris, y que pueden leer a través de ESTE enlace (se cita allí un texto sobre el poeta Jorge Allen)
Para los despistados, aclaramos que estamos hablando del señor Alejandro Dolina. De su segunda obra: "El libro del fantasm", citamos a continuación un texto que bucea acerca del nacimiento de los naipes, o de su llegada a Europa, y que como agregado cuenta también una tierna historia de amor entre un rey y su cuidadora, por así decirlo. (bien podríamos publicar un extracto sobre los Hombres Sensibles o los Refutadores de Leyendas, pero esta historia [sobre la cual quizás volvamos cuando hablemos sobre reyes y príncipes locos] nos atrajo especialmente).
"... Naipes
El casamiento entre parientes demasiado cercanos fue causa
de la decadencia de muchas casas reales europeas. A decir verdad, el número de
personas pertenecientes a la alta nobleza fue siempre más bien reducido. Y a la
vuelta de los casamientos y de las confluencias sanguíneas, casi todos eran
parientes entre sí. De esta suerte, era una ardua cuestión para cualquier
príncipe dar con una esposa adecuada que no fuera, digamos, su tía.
El caso es que esta estrechez de los horizontes conyugales
fue degradando las estirpes y alcanzó a dotar a las naciones de algunos reyes
de histórica estupidez.
Carlos VI de Francia fue, por cierto, el resultado de muchas
generaciones de nobles que no salían de su casa. En verdad no era idiota sino
loco, aunque supo beneficiar a su patria con una total falta de interés por los
asuntos públicos. Por desgracia, ese interés fue asumido con el mayor
entusiasmo por su mujer, Isabel de Baviera, quien no era ni loca ni estúpida,
aunque sí perversa.
A finales del siglo XIV, el pobre Carlos había dado ya
suficientes muestras de demencia como para ser alejado del poder.
Estando con su ejército en Le Mans, oyó caer la espada de
uno de sus caballeros y tuvo un ataque de furia de tal naturaleza que durante
una hora estuvo tirando estocadas a lo más selecto de sus tropas. Mató a
cuatro, hirió a una docena, hasta que, por fin, se le rompió el sable.
Solía tener crisis terribles, durante las cuales no sabía
quién era. Muchas veces pretendía ser soltero y llamarse Jorge. Recorría los pasillos
bailando en forma grotesca. O llamaba a los guardias asegurando que lo
perseguían para matarlo.
Durante algunos meses prohibió a los cortesanos que se le
acercaran: creía ser de cristal y tenía miedo de que lo rompieran. Se recubría
de frazadas y se movía con extrema lentitud.
Isabel de Baviera resolvió dejarlo solo y se fue con uno de
sus amantes —el duque de Turena, hermano del rey— al castillo de Barbette.
Carlos VI quedó solo en la cerrazón de su locura. Nadie lo atendía.
Yacía en medio de sus propias heces, lleno de piojos, las uñas largas, vestido
con harapos que no se cambiaba nunca.
Pero a Isabel no le bastaba con alejarlo del poder: deseaba
matarlo para que accediera al trono su cuñado y amante. Y como resultaba riesgoso
hacerlo en forma directa, concibió la idea de hacer que se consumiera de
lujuria. Para ello le envió a una joven muy aparente, Odette de Chamdivert.
Pero a la niña le gustó el rey. Y además de complacerlo en
la cama, lo limpió, lo atendió y lo cuidó amorosamente.
Odette conocía un juego que los mercaderes habían traído
hacía muy poco del Oriente. Eran unos cartones pintados con figuras y números.
Los árabes llamaban a este juego naib. Odette y Carlos pasaban las tardes muy
entretenidos con esta diversión. El rey encargó al pintor Gringonieur que le
hiciera tres juegos. Pagó por ellos cincuenta y tres soles. Las barajas se
instalaban de este modo en Occidente. Son -como vemos- mucho más modernas que
los dados, que fueron conocidos por todos los pueblos de la antigüedad clásica ...". (Dolina, Alejandro, El Libro del Fantasma, Editorial Colihue, págs. 63/5).
Recomendamos ampliamente la lectura de ambos libros a todos aquellos que aún no los hayan leído. Posiblemente en el próximo repaso estaremos hablando sobre "Cartas Marcadas".
Otros libros que hemos incorporado a nuestra biblioteca son los Cuentos completos de Pacho O' Donnell, una grata sorpresa. Se destacan "La seducción de la hija del portero" y "Cuestión de Estado".
ACÁ una nota en la que el propio O'Donnell cuenta las repercusiones que tuvo el lanzamiento de este libro y en especial de uno de sus primeros cuentos "La seducción...".
Otros dos (o tres, si contamos bien) libros que se han sumado a la biblioteca del blog y quizás formen parte del próximo repaso son "Una excursión a los Indios Ranqueles", clásico que posiblemente alguno leyó en el colegio, "Historia de la eternidad", de Jorge Luis Borges y "Diccionario del argentino exquisito", de Adolfo Bioy Casares.
Otros libros que hemos incorporado a nuestra biblioteca son los Cuentos completos de Pacho O' Donnell, una grata sorpresa. Se destacan "La seducción de la hija del portero" y "Cuestión de Estado".
ACÁ una nota en la que el propio O'Donnell cuenta las repercusiones que tuvo el lanzamiento de este libro y en especial de uno de sus primeros cuentos "La seducción...".
Otros dos (o tres, si contamos bien) libros que se han sumado a la biblioteca del blog y quizás formen parte del próximo repaso son "Una excursión a los Indios Ranqueles", clásico que posiblemente alguno leyó en el colegio, "Historia de la eternidad", de Jorge Luis Borges y "Diccionario del argentino exquisito", de Adolfo Bioy Casares.
(Si salió pésima la foto pero vale igual)
De los libros que habían quedado pendientes del último repaso, debemos comentar que finiquitamos la lectura de dos de ellos: La reina en el palacio de las corrientes de aire, tercera y última parte de la saga Millenium, de Stieg Larsson, que gustó más que el segundo pero no tanto como el primero, el más atrayente de los tres. Además, Historia de las Palabras, de Daniel Balmaceda, que fue revirtiendo nuestro descontento conforme avanzaban las páginas, para redondear en un aprobado. Lo dicho: seguramente nos servirá para alimentar la sección SirPalabras. "Historias de corceles y de acero", que también figura en el repaso que citamos aquí, aún está por terminarse. El de Saramago ha quedado algo relegado, pero en breve nos meteremos con él también.
Como cierre, volvemos a recomendarles el programa Esta Noche Libros, conducido por Gerardo Rozín, ya que luego de algunas semanas fuera del aire ha regresado a la pantalla de C5N, ahora emitido los domingos a las 22 hs. Los programas los pueden ver o volver a ver en su blog oficial (desde el regreso, recomendamos la participación de Fito Páez, y el intercambio de libros con Hugo Arana).
Como cierre, volvemos a recomendarles el programa Esta Noche Libros, conducido por Gerardo Rozín, ya que luego de algunas semanas fuera del aire ha regresado a la pantalla de C5N, ahora emitido los domingos a las 22 hs. Los programas los pueden ver o volver a ver en su blog oficial (desde el regreso, recomendamos la participación de Fito Páez, y el intercambio de libros con Hugo Arana).
Todo aquel que quiera comentar qué libros ha estado leyendo en este último tiempo, o bien recomendar algún autor o libro en particular, siéntase libre de hacerlo.
Saludos.
SirThomas.
2 comments:
El libro de O'Donell lo tiene mi viejo, aprovecho este finde en casa para robárselo, después te cuento.
El libro de Borges me atrapó sólo con el titulo. Tendré que darme una vuelta por la librería amiga. ;)
Saludos!
Buena decisión, ojalá no la defraude.
El de Borges son ensayos, aclaro por las dudas (?).
Gracias por pasar y dejarnos tu comentario.
Saludos.
SirThomas.
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