Hoy nos permitimos traer al blog un tema siempre polémico y que suele debatirse en cuanta charla de café haya, incluyan o no a intelectuales, quienes muchas veces le escapan a tan urticante cuestión pero que de todas formas no pueden dejar de involucrarse en ella, porque ellos también van al baño, sí, más allá de que muchos quieran negarlo, y el tema que hoy debatiremos, justamente, mucho tiene que ver con el baño.
Seguramente, alguno de ustedes ya habrá adivinado cuál es el tema al que hago referencia, “La Puerta del Baño”, se titula el post, y tiene que ver, casualmente, con La Puerta del Baño. La puerta del baño, qué? Vamos a discutir sobre su color, sobre su tamaño, sobre sus formas? No.
Vamos a debatir abiertamente, sin tapujos ni prejuicios, sin pelos en la lengua, hablando desde la razón pero también con el corazón, teniendo en cuenta nuestras experiencias, en casa propia o ajena, de chicos o de grandes.
A esta altura, creo que hemos alcanzado la madurez suficiente en el blog como para tratar el tema y procurar llegar a una conclusión que nos deje satisfechos a todos, más allá de las divergencias y cuestiones particulares de cada uno.
Pero acabemos con los preámbulos y vayamos directamente al problema. La Puerta del Baño, decíamos en el título y en el segundo párrafo, y lo que nos preguntamos aquí en el blog es lo siguiente:
- ¿La puerta del baño... se deja abierta o cerrada, cuando no hay nadie dentro, eh?
Seguramente, alguno dirá en voz alta o para sí mismo, ¿pero esa estupidez preguntás? Con esto tenés dudas? Pero si es obvio que se deja... cómo se deja? Eh? Vos tendrás tu postura sobre el tema y pienses que todos coinciden contigo, pero alguna vez no te pasó de ir a la casa de alguien, o en algún otro ámbito, y notar que allí no tenían la misma manera de tratar el tema, que allí no dejan la puerta cerrada/abierta como lo hacen en tu casa, sino al revés.
Yo también tengo mi postura, claro, y la puse “a prueba” en una encuesta realizada entre amigos, compañeros de oficina, y arrojó resultados sorprendentes. Lo curioso, es que todos mostraban sorpresa ante la pregunta pero más aún al momento de comentarle al encuestado que aparte de su postura (cerrada/abierta), habían otros que tomaban la decisión contraria (abierta/cerrada).
Hay quienes sostienen que “el dejar la puerta cerrada” es un signo irrefutable de que “hay alguien adentro” por eso toman la decisión de dejarla abierta, entreabierta, entornada, pero no cerrada completamente.
Otros, sostienen que lo mejor es dejarla siempre cerrada, por la puerta justo “da al living o al comedor”, por buen gusto, o por otras razones, y que quien quiera ingresar al baño, toque o golpee la puerta, si recibe algún tipo de respuesta (ocupado, qué pasa, quién es, suelen ser alguna de las contestaciones) es porque, evidentemente, hay alguien adentro y deberá esperar su turno; caso contrario, se suele imponer la doctrina que indica que no hay nadie dentro y entonces se está permitido el ingreso al baño.
En la decisión de dejar la puerta abierta o cerrada, influye positivamente, si la misma es vidriada, porque así claramente nos daríamos cuenta, sin necesidad de hacer los golpecitos mágicos, si hay o no hay gente dentro (si hay alguien, seguramente tendrá la luz prendida, luz que traspasa por la parte vidriada de la puerta; si no vemos luz, señal que podemos ingresar).
Existen otros factores también que juegan papeles secundarios en este tipo de decisiones, como el ser “si hay o no hay gente en la casa, si estoy solo o acompañado” por citar sólo uno, pero la pregunta, de todas formas, apunta a lo general, a lo común, a lo que se suele hacer, pero bueno, también se aceptan respuestas que incluyan variantes, influenciadas por este tipo de factores.
Bueno, aquí tienen su lugar para opinar abiertamente sobre el tema.
Bueno, aquí tienen su lugar para opinar abiertamente sobre el tema.
Saludos.
SirThomas.