El martes pasado, los Celtics de Boston se alzaron con el 17º título de su historia tras vencer por 131-92 a los Lakers de Los Angeles en el sexto partido de la serie final de la temporada 2007-08 de la NBA. Una ventaja final que se convirtió en la más amplia en la historia de las finales de la competencia y que dejó testimonio claro de lo que fue ese sexto encuentro: una verdadera paliza. De esta manera, Boston se consolida como el equipo más ganador de la historia sacándole tres títulos de ventaja a su clásico rival.
Como durante toda la serie, el equipo verde mostró un juego colectivo mucho más aceitado que el de su rival. El monstruo de tres cabezas volvió a funcionar a la perfección (esta vez el que anduvo un poco por debajo de su nivel fue Pierce, que de todas maneras sacó a relucir su calidad en momentos claves y aportó más de lo acostumbrado en el rubro asistencias) y el resto del equipo demostró que Boston es eso, un equipo, por sobre todas las cosas. No así, su clásico rival que, salvo en algunos momentos de la serie, siempre dependió mucho de lo que su figura estelar (Kobe Bryant) pudiera hacer.
El MVP de la serie final fue para el capitán de los Celtics, Paul Pierce, tal como lo veníamos anticipando en nuestras crónicas (¿), quien promedió muy buenos números (21,8 ptos, 6,3 asis, y 4,5 rebotes) pero que ganó por lejos en una categoría que no figura en las estadísticas: la de poner el corazón en cada pelota.
Ray Allen y Kevin Garnett rindieron aceptablemente durante toda la serie, aunque el ex Minnessotta (Garnett) no logró que este cronista lo aplaudiera sino hasta el sexto juego donde sí demostró parte de lo que es capaz de dar.
Mención especialísima para el base Rajon Rondo quien la descosió en el encuentro decisivo, sumando 21 puntos, ocho asistencias y seis robos, que son una muestra de la impecable defensa que desarrolló durante el partido. Defensa impecable que también, vale destacar, desarrolló Paul Pierce durante buena parte de la serie, cuando le tocó marcar a Kobe Bryant llegando muchas veces a anular por completo a la estrella Laker.
Méritos de Danny Ainge, general manager de Boston, que trajo a Allen y a Garnett, y Doc Rivers, que supo amalgamar de la mejor manera a las tres figuras con el resto del plantel para terminar armando un gran equipo.
Una verdadera fiesta terminó siendo el sexto partido de la serie. Y pensar que los playoffs habían arrancado muy complicados (victorias 4-3 ante Atlanta y Cleveland) pero luego de 26 partidos (la mayor cifra para un equipo que resultó el campeón) y 22 años de espera Boston volvió a levantar el título.
Estadísticas del partido final ACÁ.
Saludos.
SirThomas.
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