Tuesday, July 23, 2013

SirEncuestas. Mondongo.

Como ya hiciéramos en otras dos oportunidades en este mismo blog (con el guiso y el pájaro loco), publicamos aquí una encuesta que realizó nuestro redactor en jefe a través de su muro de f*cebook, que de todas maneras queda abierta para todos aquellos que quieran sumar su opinión y voto. Haciendo público el sufragio de nuestro jefe de redacción de alguna u otra manera también hacemos público nuestro NO al protagonista de la compulsa en cuestión.

Básicamente la historia detrás de la encuesta es la siguiente: el día de hoy SirThomas tuvo la oportunidad de saborear con sus papilas gustativas unos bocados de un pseudo guiso cuyo principal ingrediente no era otro que el mondongo. Si bien históricamente no era uno de sus platos preferidos (y ni siquiera solía incluirse en el menú familiar) resolvió darle una nueva oportunidad.

Habida cuenta de que habían pasado varios años desde su última ingesta cabía la posibilidade de que su veredicto se modificare. Puede ocurrir: gustos o predilecciones que uno tiene de chico luego de grande dejan de serlo, se modifican o incluso dar giros insospechados.

Sin embargo, y citando palabras del propio SirThomas, dicho experimento "no sirvió para otra cosa que ratificar, confirmar, subrayar e incluso resaltar con verde flúo, la animadversión que me genera este legendario plato".

La pregunta, que surcó la redacción del blog generando posiciones encontradas, es sencilla: Mongondo ¿Si o no?

A) Si: 4 (María, Facu, Florencia, Mía)
B) No: 5 (Sir, Nico, Pat, Ani, José).

Dentro de las diferentes posiciones que se escucharon por parte de los integrantes de nuestro staff de periodistas y colaboradores se llegó a la conclusión de que es uno de esos platos "tradicionales" que suelen poblar las mesas familiares más por imposición u herencia que por una real y verdadera aprobación por parte de los comensales. Uno de esos platos que nuestros padres nos obligan a probar cuando somos pequeños ("mi vieja lo hacía tan rico que te chupabas los dedos"), y que se va pasando de generación en generación casi a manera de rito hasta que los tiempos cambian. Los niños dejan de ser tales y comienzan a tomar sus decisiones, a señalar sus gustos, o a veces a oponerse porque sí a sus padres y alzan su voz para rechazar aquello que antes no se animaban a rechazar. Por ejemplo, el mondongo.

Saludos.
SirThomas.

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