O Reivindicame que me gusta, nuestra habitual sección dedicada a salvaguardar las cualidades de nuestro redactor en jefe a la hora de dar pistas cuando de jugar se trate.
Resulta que un tiempo atrás, no importa cuánto o cuándo, no es relevante para la historia, no tiene importancia real si fue hace unos días, unas semanas o unos meses atrás, ni siquiera resulta esencial en relación con la historia saber que sucedió un tiempo atrás, pero bueno de alguna manera tenemos que dar comienzo al relato y, siendo honestos, efectivamente sucedió un tiempo atrás... Habiendo dejado en claro esto, proseguimos con la historia.
... Decía que un tiempo atrás tuve oportunidad de ser partícipe, junto a un grupo de amigos, de un novedoso juego que consistía, básicamente, en acertar el dibujo que había seleccionado el jugador de turno, quien debía ofrecerle al resto de los jugadores una pista como ayuda para que esto se concrete, la cual bien podía ser una palabra, un sonido, una frase o una historia.
La cuestión es que llegado uno de mis turnos, y una vez elegido el dibujo o la carta a “tirar” ninguno de mis “oponentes” pudo asociar correctamente la pista con la carta en juego, a pesar de que para mi la relación entre la pista y la carta era más que clara y contundente.
Esto bien vale aclararlo ya que el indicio que uno debe darle a sus contrincantes no debe ser todo lo claro y contundente que puede ser porque debido al complejo sistema de sumatoria de puntos que tiene el juego lo ideal sería que sólo uno de nuestros oponentes logre dar en el blanco y, por el contrario, el peor escenario sería que todos acierten. Tratanto de ser más claro: si se da una pista demasiado fácil de asociar con la carta es probable que todos acierten, lo cual arroja como resultado que todos ellos suman puntos mientras que el tirador se queda sin sumar y, por el contrario, dando indicios que tengan su grado de confusión o codificación pero que sin embargo sean relacionables, pocos acertarán y tanto uno como quienes acierten sumarán para su causa, siendo lo ideal que sólo uno acierte para de alguna manera sacar ventaja sobre el resto y así avanzar en los casilleros que llevan a la cima.
Habiendo dicho todo eso y para pasar en limpio antes de comenzar el juego, repasamos las reglas que aquí nos interesan:
SirThomas, el jugador de turno, elige una carta (no, no te puedo decir cuál sino qué gracia tendría, corazón), y les da la siguiente pista al resto de los jugadores (en este caso, nuestros lectores): JORGE.
Los rivales de SirThomas en el juego, en este caso imaginarios, eligen cada uno sólo una de sus cartas, aquella que ellos crean que se relaciona con la pista: JORGE para así lograr un clima de confusión y que sea más difícil poder acertarle a la carta de Sir (teniéndose fe para luego ser uno el que acierte).
En el juego de mesa real las mezclamos, para que no se sepa quién arrojó cual carta, y las damos vuelta para que todos las vean:
Imagen 1)Resulta que un tiempo atrás, no importa cuánto o cuándo, no es relevante para la historia, no tiene importancia real si fue hace unos días, unas semanas o unos meses atrás, ni siquiera resulta esencial en relación con la historia saber que sucedió un tiempo atrás, pero bueno de alguna manera tenemos que dar comienzo al relato y, siendo honestos, efectivamente sucedió un tiempo atrás... Habiendo dejado en claro esto, proseguimos con la historia.
... Decía que un tiempo atrás tuve oportunidad de ser partícipe, junto a un grupo de amigos, de un novedoso juego que consistía, básicamente, en acertar el dibujo que había seleccionado el jugador de turno, quien debía ofrecerle al resto de los jugadores una pista como ayuda para que esto se concrete, la cual bien podía ser una palabra, un sonido, una frase o una historia.
La cuestión es que llegado uno de mis turnos, y una vez elegido el dibujo o la carta a “tirar” ninguno de mis “oponentes” pudo asociar correctamente la pista con la carta en juego, a pesar de que para mi la relación entre la pista y la carta era más que clara y contundente.
Esto bien vale aclararlo ya que el indicio que uno debe darle a sus contrincantes no debe ser todo lo claro y contundente que puede ser porque debido al complejo sistema de sumatoria de puntos que tiene el juego lo ideal sería que sólo uno de nuestros oponentes logre dar en el blanco y, por el contrario, el peor escenario sería que todos acierten. Tratanto de ser más claro: si se da una pista demasiado fácil de asociar con la carta es probable que todos acierten, lo cual arroja como resultado que todos ellos suman puntos mientras que el tirador se queda sin sumar y, por el contrario, dando indicios que tengan su grado de confusión o codificación pero que sin embargo sean relacionables, pocos acertarán y tanto uno como quienes acierten sumarán para su causa, siendo lo ideal que sólo uno acierte para de alguna manera sacar ventaja sobre el resto y así avanzar en los casilleros que llevan a la cima.
Habiendo dicho todo eso y para pasar en limpio antes de comenzar el juego, repasamos las reglas que aquí nos interesan:
SirThomas, el jugador de turno, elige una carta (no, no te puedo decir cuál sino qué gracia tendría, corazón), y les da la siguiente pista al resto de los jugadores (en este caso, nuestros lectores): JORGE.
Los rivales de SirThomas en el juego, en este caso imaginarios, eligen cada uno sólo una de sus cartas, aquella que ellos crean que se relaciona con la pista: JORGE para así lograr un clima de confusión y que sea más difícil poder acertarle a la carta de Sir (teniéndose fe para luego ser uno el que acierte).
En el juego de mesa real las mezclamos, para que no se sepa quién arrojó cual carta, y las damos vuelta para que todos las vean:
Imagen 2)
Imagen 3)
Imagen 4)
Imagen 5)
Imagen 6)
Entonces, viendo estas cartas, ustedes deben indicarnos cuál de todas ellas, de la 1 a la 6, la emparentan con la pista: JORGE, y si quieren argumentar el por qué, mejor (cualquiera sea la elección algo los llevó a hacerlo, se supone).
El jueves, la solución.
pd: A fin de contribuir a la sana competencia y conforme hemos hecho en otras oportunidades, los comentarios quedan con la modalidad de "moderación", y serán publicados una vez concluido el juego. Sólo se permite un arriesgue por jugador, desde luego.
Saludos.
SirThomas.
6 comments:
Para mi emparenta con la 3) porque ponele que es la única imagen cuyo protagonista podría llevar un nombre, qué se yo.
Jorge Luis Borges.
Bien, ya nos han llegado respuestas pero vale hacer una aclaración: deben decirnos cuál de las imágenes (de la 1 a la 6) la emparentan con la pista) porque hubo alguien que dio en el palo pero quizás no se entendió bien la explicación.
Saludos.
SirThomas.
Imagen 2: Jorge L. Borges y su recurrente referencia a los laberintos. ¿Esa era la respuesta que buscabas? (con la pista de tu comentario ya sé que sí)
Saludos
Tal vez las circunstancias de los jugadores los hayan obnubilado ante tal sutileza.
Por cierto, fantástica la selección de imágenes para ilustrar el presente post, muy acertada.
1+
Su respuesta es correctísima, señor 1+ pero lamentablemente la recibimos cuando ya habíamos publicado el post con la resolución del juego. Yo confiaría en su palabra si argumenta que no lo vio, pero los oficiales de mesa no me dejarían pasar el desliz. Gracias por responder.
Saludos.
Val.
Creo, incluso, que se dio en un momento del juego en el que las pistas venían más "literales", ya con el juego avanzado unos y otros las fueron complicando. Gracias Val.
Saludos.
Sir.
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