Sería el título de la noticia / anécdota.
La volanta sería: Le ocurrió ayer en el Centro Gallego.
La bajada diría: En un mismo día y en un mismo lugar dio equivocadamente dos veces su número de teléfono.
La historia es la que sigue:
En su visita a la
clínica, hospital o lo que fuere, denominado Centro Gallego el redactor en jefe
de nuestro blog debió realizar diversos trámites burocráticos enmarcados en un
proceso que no viene al caso comentar detalladamente. Lo que sí comentaremos es
aquello que tiene que ver con el título de la novedad noticiosa: El
bueno de Sir tuvo que dar a conocer (en diferentes ventanillas, claro) su
número de teléfono de contacto (vamos a decir el de su casa) pero en ambas
ocasiones lo dio erróneamente; y no sólo dio un número equivocado o falso
(respecto del real y verdadero que le otorgó la compañía telefónica) sino que
ambos eran diferentes entre sí.
(Basílica Santuario de Santa Rosa de Lima, ubicada entrente al Centro Gallego)
Para ser claros:
Primer número
otorgado: bla bla bla 1234
Segundo número
otorgado: bla bla bla 2314
Quizás, sólo quizás,
esto se deba a que el propio Sir ha confesado ante nuestros cronistas que no
recuerda de memoria ni su número telefónico casero ni el de su teléfono móvil;
curiosamente, o no, su memoria retiene partes de ambos números: del primero
recuerda la característica y del segundo su terminación, lo cual ha deparado
que en varias oportunidades hiciera una mezcla perfecta entre ambos para dar un
tercer número telefónico, utilizando el comienzo de uno y la terminación del
otro, que de todas maneras sigue siendo falso o erróneo, por más que contenga
algo de verdad.
A todos nos puede
pasar. La vida continúa.
SirThomas.
5 comments:
nunca supe un teléfono... el de mi casa lo confundo también... cosa de hombres o de giles? salu2...
"Personas con capacidades diferentes para recordar números telefónicos", creo que así lo había catalogado la OMS en su reunión anual de 1972.
Yo creo que mi capacidad para memorizar números está a tope; recuerdo 2, no más.
Gracias por el comentario!
Saludos.
Sir.
La solución a este problema se me ocurrió hace mucho en una zona poco transitada y oscura del partido de La Matanza al haber perdido la brújula (quedarme dormido en el mullido asiento del 338, alias La Costera) y desconocer las técnicas de orientación observando las constelaciones. Era de vida o muerte hacer una llamada telefónica, cualquier paso en falso me llevaba directo a una zona desconocida. Para mi sorpresa: la empresa amiga de telecomunicaciones me comunicaba que ya no tenía crédito, pero un cyber-locutorio con venta de tarjetas telefónicas fue mi oasis en ese desierto de miradas desconfiadas. Pero, parafraseando a un cantante de rock barrial "la suerte a veces da mate sin bombilla", y hete aquí que habiendo gastando los últimos mangos en ese sórdido local, a los pocos metros vengo a descubrir que cargué crédito al número celular de algún conciudadano... obviamente por desconocimiento de mi número (pero en esto muy impulsado por el apuro y la intimidación del vendedor inescrupuloso).
A partir de ese día me me agendé en el celular como YO y YO CASA.
Abrazo Sir!
Magnífico relato don Frodo, magnífico! yo a tomar su consejo y ahorrarme la siesta en el 338.
Saludos.
Sir.
Grreat blog post
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