Tuesday, January 15, 2008

La Danza del Vientre

No cenen porotos si al día siguiente tienen que ir a trabajar, porque esto puede provocar que a uno se le de por ir a bailar la famosa danza del vientre* a la zona de vestuarios de la oficina, lo que les quita productividad a sus tareas diarias.

Desde luego, depende de cada organismo, pero en un 90 % de los casos esto sucede tal y como lo describimos.

* Esto sin importar si uno tiene o no sangre árabe en su venas. Los efectos colaterales del consumo del poroto son implacables y no le andan preguntando a uno si tiene o no ascendencia árabe, simplemente actúan por inercia.

Y les digo más, otro de los efectos no deseados son las miradas sospechosas por parte de los compañeros de oficina que en sus expresiones es como si estuvieran diciendo "¿Pero no trabaja este muchacho? ¿Qué le pasa? Va y viene todo el tiempo, se sienta, está un rato y de nuevo dispara para allá (léase "Zona de vestuarios").

Todo por qué? Por la ingesta de porotos. Que claro, pobrecitos ellos no tienen la culpa. O sí la tienen? Quién los mandó a ser tan malévolos para con los seres humanos?. Tan menospreciados se sienten que de alguna manera tienen que llamar la atención, provocándonos estos malestares. Y que ganan? Mala reputación. Siguen aumentando su mala fama. Se hace correr la voz y hasta incluso un blogger cualquiera no los recomienda.

Y seguimos editando (el post original solamente decía "No cenen porotos si al día siguiente tienen que ir a trabajar), porque gente de nuestro staff nos ha proporcionado datos más que interesantes acerca de los porotos.

Según una investigación de la Universidad de Boston, Massachusetts, se han registrado casos en los cuales personas han logrado perder hasta un veinte % de su masa corporal, luego de haber consumido este letal alimento. El promedio, según destacan los científicos, revela que se pierde entre un 10 y 15 %.

Otras informaciones dan cuenta de que en el año 1847, el Gremio Internacional del Poroto se reunió en la desconocida, hasta ese momento, localidad de Plotier, provincia de Neuquén, justamente para planificar de qué manera se harían conocidos mundialmente, ya que hasta ese momento no eran tenidos en cuenta a la hora del preparado de platos principales en los restaurantes más renombrados del mundo entero. Y qué decidieron? Los famosos "Efectos Colaterales", tal y como se llama el documento que se desprende de aquella mítica reunión. Obviamente no consiguieron el objetivo de ser incluidos en las cartas de los restaurantes, pero al menos se aseguraron que por algo el mundo los recordaría cada vez que los consumieran (o luego de haberlo hecho, porque el efecto no es instantáneo).

Creo que no hace falta dar muchos más detalles acerca de este fenónemo que hoy está sufriendo el autor de este post, pero que un día cualquiera, cuando menos lo pienses, te puede suceder a vos. Salvo que sigas nuestro consejo, claro.

Saludos.
SirThomas.

2 comments:

César said...

Pero... porqué? Qué consecuencias trae en el trabajo comer porotos en la cena?

SirThomas said...

ahi editamos para que quede más claro :P.