Friday, April 11, 2008

Crónica de un día ... complicado.

Olvido.

Ya desde temprano el día comenzó mal para SirThomas. A las dos cuadras de haber salido de su hogar rumbo al trabajo se dio cuenta, luego de chequear con su mano izquierda el bolsillo trasero izquierdo de su pantalón, de que se había olvidado la billetera. De vuelta al departamento a buscarla para luego retomar la rutina diaria de viajar hacia la oficina. La molestia o la pequeña bronca no pasa por el olvido o el hecho de tener que regresar, sino por la pérdida de minutos que pueden ser vitales a la hora de llegar a horario al trabajo, aunque por lo general SirThomas toma la precaución de “salir con tiempo” para evitar cualquier contratiempo (alguna pequeña demora en el servicio o bien para poder ir sentado en el subte) y arribar a tiempo. Esta vez no fue la excepción y finalmente llegaría a horario.

Viaje incómodo.

Ya en el Subte, Línea D, se acomoda cómodamente dentro del pasillo del vagón, en una de las formaciones más modernas que posee la línea, de esas que tienen unos generosos ventiladores que alivian en buena parte el intenso calor que suele haber en el subterráneo. Esa es una gran ventaja que tienen esos vagones por sobre el resto, que tienen más años, más espacio, pero menos ventilación, pero una gran contra de los mismos es justamente el poco espacio que hay en los pasillos, entre una hilera de asientos y la de enfrente, digamos. Aclaración válida para entender lo que viene a continuación.

Pasan una o dos estaciones, no recordamos con precisión, y siente la incomodidad. Una señora de mediana edad, muy simpática y educada, pero con un evidente sobrepeso, se posiciona justo “detrás” de SirThomas, ocupando casi el 75 % del espacio entre hileras, dejando el 25 % restante para nuestro personaje, quien para evitar entrar en contacto directo “espalda vs. Espalda” con la señora en cuestión, debe acomodarse lo más cercano posible al caño vertical sostenedor de pasajeros. Así será el resto del viaje, hasta llegar al destino final: Tribunales.

Una vez en la oficina, luego de los saludos de rigor, de instalarse frente a su PC y ante la negativa a su pregunta de si había algo urgente para hacer en el momento, se traslada al baño para “acomodarse los cantos o la ropa”, no nos llegó bien el dato.

Dentro del baño, pasa al “privado” para proceder al acomodo antes citado. Todo iba por los carriles normales, hasta que lo sorprende la oscuridad total. En medio de sus tareas acomodativas, otro sujeto, del cual no logramos obtener su identidad, ingresa al toilet y luego de eliminar toxinas perjudiciales para su humanidad, se retira no sin antes apagar las luces del lugar (como corresponde siempre que no haya otra persona dentro), dejando a SirThomas completamente “ciego” y a mitad de camino en sus tareas acomodativas. Como puede, nuestro héroe entreabre la puerta para ver si podía recibir algo de luz, pero no hay caso: cuando se apaga la luz, la oscuridad se apodera por completo del baño, ya que no hay ventanas o rendijas que permitan la entrada de aunque más no sea un destello de luz solar. Como puede, se termina de acomodar, prende la luz para corroborar que todo esté en orden, la apaga, y se retira del baño.

El resto de la mañana transcurre con normalidad, hasta que llega la hora del almuerzo.

Take my bread away.

Pasos antes de salir a la calle Sir constata que por segunda vez en el día había dejado olvidada su billetera, por lo que debe retrotraer sus pasos para buscarla. No es gran cosa, pero no deja de ser curioso, ya que en escasísimas ocasiones le ha sucedido esto con anterioridad.

Luego de atravesar la calurosa avenida 9 de julio, ingresa a una conocida cadena de comida chatarra (Mc, para ser más precisos) para degustar el único combo que se permite ingerir en dicho local: pechuga crispy (en la cadena rival, varía entre dos opciones: menú soja o churrasquito tradicional). Nunca antes habían cometido tantos errores en la entrega del pedido, a saber:

- La gaseosa (Fanta) la pidió sin hielo, se la dieron con hielo. Puede pasar, no es gran problema.

- Las papas estaban extremadamente saladas. Aunque no solicitó el cambio.

- El colmo llegó con el pechuga crispy: vino con un pan de menos. Sí, correcto. Tenía el pan superior del sándwich más le faltaba el inferior, ya que al intentar levantarlo de su cajita contenedora su mano notó que no estaba tocando el pan inferior sino el “pollo” del sándwich. Seguramente un olvido involuntario de parte del chef a cargo. Cambio referí y a otra cosa.

Termina el almuerzo, vuelve a la oficina y el resto de la tarde transcurre sin demasiados inconvenientes.

El Vocero.

Como dato de color, podemos comentar a la pasada que en determinado momento el Gerente de la empresa ingresó a la oficina de la redacción para preguntar sobre uno de los integrantes de la misma, quien no se hallaba en el lugar.

Las variantes para responder podrían haber sido:

a) Creo que está en el baño.

b) No se, debe estar ocupado con algo.

Pero la respuesta otorgada por SirThomas fue “creo que está en la zona de vestuarios”, ya que “baño” le sonaba feo mencionar ante la presencia de un invitado que estaba junto al gerente, y aparte porque cuando uno dice “baño” en este tipo de situaciones (cuando se busca a una persona por el resto de la oficina y no se la encuentra) se sobreentiende que está realizando tareas forzadas (o bien que salió un rato, pero esa opción ya había sido descartada). Risotadas inesperadas se escucharon en varios rincones de la redacción (una vez que el gerente abandonó el lugar, claro). Por la corrección de la respuesta, Sir fue nombrado como “Vocero oficial de la Redacción”. Momento risueño del día.

Regreso al hogar.

En la estación Tribunales (la peor para tomar el Subte, Línea D, como ya comentamos oportunamente), debió esperar que “pasen” cinco trenes para poder subirse a uno y emprender el regreso. Con la curiosidad de que cuatro de ellos eran de los “modernos”, esos que mencionamos al principio de la crónica, y no pudieron ser abordados por la simple razón de que Sir esperaba el subte en lo que vendría a ser el “comienzo del andén” y esos modernos trenes, en algunas oportunidades, viajan con un vagón “de menos” o directamente son más cortos que el andén, y terminaban parando (con su último vagón) a unos 10 metros de donde estaba posicionado el personaje del día. Tarea imposible era intentar ingresar por algún otro vagón ya que la estación estaba atestada de gente, entre oficinistas y decenas de purretes en edad escolar. Finalmente llegó un subte apto para ser abordado y el fin de la historia con el regreso al hogar tan ansiado.

Saludos.
SirThomas.

12 comments:

Pat- said...

jajaja cada vez me gusta ,ás como escribís XD. Eso de hablar en 3ra persona jiji. Te salió todo mal che!

"Una señora de mediana edad, muy simpática y educada, pero con un evidente sobrepeso, se posiciona justo “detrás” de SirThomas, ocupando casi el 75 % del espacio entre hileras, dejando el 25 % restante para nuestro personaje, quien para evitar entrar en contacto directo “espalda vs. Espalda"

Ah, viste qué feo cuando vas apretado y -disculpame el término- tenes que andar sintiendo el culo de otro contra tu culo. Es desesperante.

SirThomas said...

"Ah, viste qué feo cuando vas apretado y -disculpame el término- tenes que andar sintiendo el culo de otro contra tu culo. Es desesperante."

Si es tremendo eso, en realidad el espalda vs. espalda apunta a eso también, pero quedaba feo :P.

Gracias por tus palabras *Pat*

Saludos.

Anonymous said...

Pobre sir...

SirThomas said...

Sep .... :(

Saludos.

César said...

Impresionante, entra en "Recomendados" por defecto también este post, lo de la zona de "vestuarios" con tareas "forzadas" fue sublime, dejar que la imaginación fluya es inminente, estoy oficialmente aguantando la risotada (tendría efectos negativos en este momento en el Estudio).

Abrazo!

Anonymous said...

Billetera y llaves dos objetos que debieran mantenerse unidos y ademas debieran de tener una alarmita o algo para llamarlos cuando uno no los encuentra. ;)

SirThomas said...

Jaja, estupendo Ceasar. Espero que puedas largar la risotada en algún momento, a mi me suele pasar muy seguido eso (de tener que aguantar la risa y el esfuerzo que hace uno muchas veces es tremendo pero la risa siempre gana).

Anonymous: Es una buena idea porque son dos objetos que la gente suele perder bastante seguido, o al menos una buena cantidad de casos se conocen. En mi caso particular no se aplicaría, porque casi nunca me pasa eso y algo que siempre me llamó la atención es cómo algunas "siempre" las pierden, o las llaves o la billetera, aunque en este último objetos en menor cantidad. Saludos para tí :)

Anonymous said...

jajajajaja muy bueno el post!


Me hace recordar a una canción, que le dire por MP XD


pd: pat* vos no necesitas un 25 con un 10 te alcanza para entrar XD

Anonymous said...

:) ...

SirThomas said...

Bueno, María, gracias por pasarte. Saludos.

Saludos Anónymous :)...

Nacho said...

Jajaja yo sí me acabo de reír en voz alta en medio del cyber con lo de "take my bread away", impresionante como subtítulo y muy llamativa la anécdota.

A mí me pasó la inversa que lo primero que contás hoy: salí tarde a propósito, porque sabía que el profesor del teórico que tenía hoy siempre llega y 20 más o menos, y llegué... ¡más temprano que de costumbre! 8 y 51 me estaba bajando del subte, cuando no es raro que me baje siendo ya más de las 9, no es raro que sean 9:09, ponele. En fin, aproveché para leer en la media hora que me sobró. (?)

Saludos Tom.

SirThomas said...

Suele pasar eso también.

Saludos Nacho.