En este blog le decimos NO.

(Versión gastronómica.)

Primero y principal le decimos NO a las anchoas, por ser uno de los alimentos más maliciosamente salados en la historia. Hace apenas unas semanas las probé ya que venían incluidas en una “picada de esas con nombres raros que te venden y uno no sabe bien qué tienen y para saber tiene que preguntar y yo no pregunto, me dejo llevar por lo desconocido, o bien uno se hace el banana o lo convencen y la pide de todas formas”. (había otras cosas que sí eran ricas en la picada, pero no viene al caso comentarlas). No, nunca antes en lo que llevo en esta vida las había probado. O al menos, mis papilas gustativas no lo recuerdan.

Ahora, no entiendo cómo alguien sería capaz de pedirse una pizza con anchoas, hay que ver muy valiente y corajudo para hacerlo. Más saladas no pueden ser. Y eso que yo soy más adepto de lo salado que lo dulce, pero tampoco la pavada muchachos. Seguramente, durante la cocción de la pizza, el nivel de salinidad merme un poco pero de todas formas dejo constancia por escrito que me negaré rotundamente a probar porción alguna que contenga este miserable pescado. Si alguien tiene a las anchoas como plato preferido, o dentro de su plato preferido, porque comerlas solas debe ser casi suicida (?), bueno, qué decirle, usted sabrá lo que hace.

Por otro lado, pero siguiendo con el tema gastronómico, recuerdo que de pequeño siempre me confundía Alcaucil con Alguacil, son casi idénticos los nombres, y sin embargo son dos cosas completamente diferentes. Fíjense ustedes que engaños nos depara de vez en cuando la madre naturaleza (?). El Alguacil, sabrán, es una especie de alcachofa, también conocida por los amigos del barrio como Cynara Scolymus, (“allá va Cynara Scolymus, qué presencia, qué elegancia”, dicen quienes la ven pasar por Balvanera). El Alcaucil, por su parte, es un tipo de insecto que se suele ver (o al menos yo siempre lo veía) enderredor de las piletas de quintas ubicadas en Bella Vista y que tenía por dueños a mis padres :P. No se dejan ver mucho, no molestan tampoco, simplemente pululan alrededor de las piletas emitiendo un suave zumbido y al menor gesto de agresión por parte de un humano se retiran sin hacer alboroto. Algunos los conocen como “El Comisario de las Piletas”.

De paso, también le decimos NO al olor nauseabundo del Coliflor, más no a su ingesta, porque se deja comer. Y le decimos no a la palabra MONDONGO, por fea, Cada tanto se pregunta “por qué a mí me tocó ese nombre, me hace mala fama. Muchos tienen miedo de comerme sólo por ni nombre, no es justo, señor. Exijo una nueva identidad”, pero bueno a alguien le tenía que tocar (?). De todas formas, al igual que el coliflor, bien cocinado es rico.

Saludos.
SirThomas.