Se te plantea el desafío; podés hacer una pausa en lo que estés haciendo (la situación suele darse cuando estás sentado a la mesa alimentándote) para poder tomarla con las dos manos y así llevar a cabo la tarea con mayor facilidad pero algo dentro tuyo te lleva a querer superarte; una voz interna te alienta y te da fuerzas; vamos que podés, no te des por vencido, uno, dos, tres intentos, no importa, vos seguí que ya va aflojar y vas a poder abrirla, no te detengas. Te acomodás mejor en la silla, sin desocupar la otra mano, te "parás" diferente, buscás la mejor manera de acomodar tu cuerpo. Te concentrás para que toda tu fuerza vaya a esos dos o tres dedos con lo que estás intentanto lograr lo que muchas veces resulta imposible. Ya alguna otra vez has podido con ella, traés a tu memoria aquellos gloriosos momentos, tratás de recordar exactamente cómo lo habías lograro, probás de una u otra manera, con una y otra táctica. Puede que el bocado o la comida que esté en el plato se te vaya enfriando pero a vos eso no te importa, lo que te importa está ahí, delante tuyo, entre esos dos o tres dedos que están aplicando toda su experiencia en pos de un único objetivo. Quizás, por alguna de esas casualidad que tiene la vida, empiece a sonar el teléfono o el portero eléctrico, a vos no te importa. Nada más importa. La adrenalina te hace olvidar de todo. Hasta que ...
(Nuestro redactor en jefe en plena hazaña)
Hasta que finalmente sucede aquello por lo que estuviste luchando los últimos 60-90-120 segundos de tu vida: lográs abrir la tapita de la botella con una sola mano. Son esas pequeñas satisfacciones que te regala la vida.
Bueno, también puede ocurrir que uno se deje vencer por la situación y la presión con la que fue cerrada la tapita sea tal que resulte imposible llevar a cabo tamaña epopeya. En ocasiones, uno le pide a la sed un segundo tiempo, hace una pausa, se aguanta la sed, y vuelve a intentarlo, se empaca, y se perjura, ahora sí, finiquitar la tarea. Pero cuando no se puede, no se puede, señores. Hay que saber decir basta, agachar la cabeza y conforme lo indica la lógica, liberar la mano que estaba ocupada sosteniendo el tenedor o un sándwich, posarlo sobre el plato, tomar la botella con una de las manos y con toda la fuerza de la otra, proceder como corresponde.
(Diferentes posiciones y técnicas en busca de un único objetivo)
Da bronca cuando uno mismo es que el que cerró la tapita y no puede con ella; se promete que la próxima no la cerrará con tanta vehemencia pero internamente sabe que el suceso se repetirá quizás hasta el infinito.
Saludos.
SirThomas.
2 comments:
Es "la" frustacion cuando te sentas a comer con mas hambre que el chavo y tu cerebro no puede decidir si dejar de masticar por dos segundos para abrir la botella o terminar muerto porque te atragantaste con la comida, de una u otra forma en el momento que dejaste lo que sea que estas ingiriendo o el tenedor en el plato nada vuelve a ser igual jajajaja
Es muy acertado el comentario; olvidé la variante de "estar comiendo algo" en el instante en que uno se dispone a realizar tamaña tarea; está muy bien la observación! Gracias.
Saludos.
Sir.
Post a Comment