La Mudanza (Parte I)

Como bien adelantamos en el post de ayer, la mudanza está en marcha señores. Sí, luego de muchas idas y venidas, cartas documento, aprietes de la mafia irlandesa, y más de tres meses de espera luego de la finalización del contrato que ligaba a El Inquilino con nuestro departamento, ha llegado el día. Se ha producido el milagro.

La cita es mañana a las 5.30 AM (“tempranito, porque después para trabajar en el centro se complica sino”, fue la sabia explicación de El Señor Mudanza) en la sede Amenábar de los estudios centrales de UPD, que lógicamente también serán mudados (aunque para su vuelta al aire aún faltan muchos otros detalles burocráticos y tecnológicos). La nueva locación de la emisora, así como también la de la redacción de blog, estará ubicada en el cuarto piso de algún edificio dentro del micro-centro porteño. (todos los oyentes del programa están invitados por si quieren venir a colaborar).

Todo comenzó ayer por la noche. El plan era el siguiente:

21 horas nos encontramos en el cuartel general (léase departamento en donde habitamos ahora) con SirFather para llevar en el Rocky Móvil al depto “nuevo” los (cerca de 200) libros y algunos cajones (4), como para ir adelantando la mudanza. El encuentro para la entrega de llaves había sido pautada para las 22.30.

Apenas minutos después de las 21, todo marchaba según el plan. Pero el Plan debió modificarse raudamente cuando recibimos el llamado de El Inquilino quien nos avisa que aún no había podido vaciar completamente el departamento.

Según nos contó, un aire (acondicionado) y un sillón (del cual no dio mayores detalles) habían sobrevivido a la primera movida de muebles y se resistían a abandonar el lugar. El encuentro no se llevaría a cabo a la hora previamente pautada. El nuevo horario se fijó en las cero horas del martes.

Cenamos, Rocky fue y vino, los libros ya estaban cargados, y pusimos primera (previo llamado para confirmar que ahora sí el depto se encontraba en condiciones de acogernos).

Esta noche, trasladaremos la “electrónica”, entiéndase pcs, equipo de audio, y más cajones, para dejar para mañana todo el resto de los muebles y cosas “pesadas”, tarea que estará a cargo de profesionales del rubro.

El Inquilino (de profesión odontólogo) nos entregó las llaves y pudimos ingresar por primera vez al departamento con la certeza de que allí nos mudaremos. Ingresamos. El hall-cito de entrada muy coqueto. La cocina bien; todo en orden en el Living, muy linda la vista. Los baños tampoco presentaban inconvenientes, una pequeña gotea en una de las canillas pero con cambiar el cuerito será suficiente. El primer cuarto, en óptimo estado, más allá de que estaba un poco sucio.

La sorpresa llegó al ingresar al segundo cuarto. El más grande. El que SirThomas deberá compartir con su hermano menor, al que ustedes conocen como El Tío Cucum. (sí, Sir comparte el cuarto con su hermano menor y más aún (?), duerme en cama marinera).

Una extraña superficie plástica cubría el piso de parquet del cuarto. Curiosos ganchos colgaban del techo del mismo y agujeros por aquí y por allá surgían en las paredes (uno evidentemente correspondía a la salida del aire acondicionado, el otro aún desconocemos su origen y función). Habrá que gastar unos mangos en arreglar ese pequeño desastre, no será de difícil resolución pero el contratiempo nos lo comemos. Cosas que pasan. Obviamente, El Inquilino deberá correr con los gastos del arreglo.

Continuará.

Saludos.
SirThomas.