Thursday, July 10, 2008

La Mudanza (Parte II)

Siendo las 5.35 AM, El Señor Mudanza (Eduardo, más de 30 años sobre las rutas argentinas transportando todo tipo de mercaderías, ahora dedicado a hacer fletes y mudanzas) hace su aparición en el lugar de los hechos. Junto con su camioncito y dos changarines (Daniel, el maestro charlatán, y X Man [nos dijo su nombre pero habló tan bajito que no lo registré, y luego no hubo necesidad de preguntárselo], el aprendiz mudo). Es la tercera vez que los contratamos para hacer una mudanza (previamente protagonizaron la nuestra del Centro a Belgrano y la de Rocky, de Recoleta a Belgrano, en la cual SirThomas tuvo que reemplazar a un changarín que faltó por quedarse dormido), y luego de realizadas debo decir que no quedó ninguna queja, ni por puntualidad, ni por demora en el trabajo, ni por poco cuidado de las cosas al trasladarlas. De diez el servicio.

Comenzaron a bajar las cosas, algunas por el ascensor, otras por la escalera, y una hora y media después del arribo, estábamos listos para ir hacia la escala previa antes de llegar al nuevo departamento.

A las 7.20 AM, tocamos timbre en la casa de Paddy McGuinness, ubicada a unas ocho cuadras del lugar de partida, ya que de allí debíamos retirar un sofá (que ya se convirtió en la estrella del nuevo depto) y una mesa con sus respectivas sillas. El trámite fue rápido.

Mientras terminaban de cargar las cosas, guiados por El Tío Cucum que iba en el camión con ellos, SirThomas y su señora madre emprendieron el viaje hacia el destino final de la misión, como no podía ser de otra manera, por intermedio del Subte, Línea D, que a esas horas de la mañana no presenta dificultades para acomodarse y viajar cómodos, incluidos dos bolsos (uno de mano y otro de hombro [?] ).

A las 8.20 nos encontramos en el depto para finalizar la misión. El encargado del edificio nos recibe con mala cara “llegaron un poco tarde, no?”; “dejen libre el ascensor que hay gente que quiere ir a trabajar”, fueron dos de sus frases de bienvenida. Rápidamente se acomodan los muebles y termina el trabajo del Señor Mudanza y los changarines. Pagamos la correspondiente suma por los servicios prestados y los despedimos hasta la próxima mudanza.

Corrimos algunas cosas de lugar como para estás más cómodos y disfrutamos de un desayuno reparador con facturas y cafecitos.

A continuación, algunos hits que tuvo la mudanza, como para no hacer tan extenso el relato:

- Sin lugar a dudas, lo más complejo y embolante de todo, fue la puesta a punto del cuarto que comparten SirThomas y El Tío Cucum, gracias al regalito que nos dejó El Inquilino y que comentamos brevemente en el último párrafo de La Mudanza (Parte I). La cuestión fue que desde que llegamos y terminamos de subir las cosas, alrededor de las 9.30 AM hasta las 20.00 Hs., estuvimos focalizados en arreglar el desastre que era el cuarto. Debajo del “piso de plástico” nos encontramos con el famoso (?) fibrofácil, que de fácil no tuvo nada, si es que vale el chiste fácil (?), que estaba adherido al piso de parquet con un hermoso “cemento de contacto” (pegamento, básicamente). La tarea fue ardua, con pausas para descansar en el medio obviamente, pero el pasado como rugbiers (?) y la templanza irlandesa nos hizo salir adelante. Primero había que arrancar, con ayuda de una espátula, el fibrofácil del piso, luego remover el pegamento residente con la colaboración de una lata de solvente y una virulana –que sirvió para rasquetear a más no poder el suelo- que compramos para la ocasión. No quedó como si lo hubiesen hecho un par de profesionales pero ya más no pudimos sacar (algunos restos de fibrofácil quedaron pegados al suelo). Dicho sea de paso, si van a utilizar solvente tengan cuidado con las cantidades porque el olor que emana es un tanto fuerte, además de ser inflamable, pero por suerte no tuvimos que lamentar mayores inconvenientes con su uso.

- La Heladera no entra. Sí, suele pasar en las mudanzas que las previsiones que se hicieron luego no condigan en un ciento por ciento con la realidad. El espacio reservado para la heladera es más angosto de lo que habíamos medido antes (o previsto, no tengo el dato de si se llegó a medir centímetro en mano), con lo cual la entrada a la cocina queda reducida. Ahora, tenemos dos opciones: a) compramos una heladera más angosta y chica, porque la verdad tanta heladera no necesitamos; o b) se recorta unos 10 centímetros un estante de la alacena para que se aumente el ancho y así colocar la heladera sin problemas. Yo me inclino más por la opción b), pero veremos que se decide en la asamblea.

- Otro clásico de las mudanzas tiene que ver con el armado y desarmado de escritorios u otro tipo de muebles que requiera ser desarmado. Siempre alguna duda surge, porque siempre algún tornillo o tuerca pareciera sobrar o faltar. De hecho, terminé de armar uno de los escritorios y me quedaron en la mano un par de tornillos, pero quedo bastante bien igual :P. No se si firme como debería pero no creo que haya problemas en el futuro. Cualquier cosa, ya saben quién es el culpable.

- La cama marinera en la cual reposan sus cuerpos El Tío Cucum (piso inferior) y SirThomas (piso superior) tiene el peor sistema de armado en la historia de los muebles y camas que se deben armar. El agujero que queda libre para meter la tuerca, con su arandelita correspondiente, en el tornillo es ínfimo, está hecho para manos de entre 5 y 9 años. Igual, con esfuerzo y paciencia, lo pudimos armar y quedó mas firme que en el hogar anterior. A propósito de la cama, en su nueva ubicación quedó con orientación inversa a cómo estaba en su anterior ubicación, con lo cual la “subida” a la cama se me complica un poco, ya que debo hacerla con la “pierna cambiada” (no, escalerita para subir no tiene, debo hacer pie en una silla y de allí pegar el “salto” a la cama), será cuestión de acostumbrase.

- No hay lugar para el lavarropas (algo que ya sabíamos). Correcto, en el sitio donde podría llegar a ubicarse se encuentra el toilet o baño chiquito/secundario. Para poder poner allí el artefacto en cuestión habría que resignar un baño. Difícil decisión. Otro argumento contrario a la colocación del lavarropas, es que no contamos con terraza apta para el colgado de ropa. Razón por la cual, la ropa será lavada y secada en el lavadero de la cuadra por intermedio de los conocidos “vale”.

- Hablando de la ropa, otro de los ítems importantes en toda mudanza, es el de la ropa. Se revisa, y por lo general se encuentran prendas que uno ni se acordaba que tenía, que ya no le entran o que directamente dejó de usar (y no piensa usarlas de nuevo). Todas prendas que pasan a conformar la categoría de “ropa para donar”. En esta oportunidad, una bolsa de consorcio completa fue donada.

Ventajas de la ubicación del nuevo hogar.

a) Ahorro del viaje cotidiano en subte, ahorro de tiempo y dinero.
b) Antes tardaba 30-35 minutos (entre subte y caminata), ahora 10-15 de a pie y sin pago de ningún tipo.
c) Antes me levantaba a las 7.30, ahora a las 8.10.
d) Antes salía de casa entre las 8.10/15, ahora 8.40/45.
d) Al mediodía, en la hora de almuerzo, puedo ir hasta casa y comer ahí. Ahorro dinero y gano en comodidad.
e) Antes el horario estimado de regreso al hogar rondaba entre las 19 y 19.30 hs; ahora 18.20 a más tardar estoy en casa.

Más allá de lo relatado hasta aquí, SIN LUGAR A DUDAS, el mayor de los beneficios que vino con la mudanza es todo lo que rodea al tema (?) del AGUA CALIENTE, y, focalizando aún más, EN LA DUCHA QUE ES UN ESPECTÁCULO. Recordarán ustedes los sufrimientos que he venido soportando durante los últimos tres años, sino pueden encontrar más detalles cuando iniciamos la campaña para que se sancione la Ley Nacional de Termotanques, que de todas formas seguiremos apoyando y todo aquel que quiera dejar su firma, lo puede hacer.

El nuevo sistema de calentamiento del agua es mágico. En el departamento no hay ni termotanque ni calefón. Según rumores de pasillo, habría instalado una enorme caldera en algún lugar del edificio que calienta de manera pareja el agua para todos los habitantes del mismo. Ya no tengo que esperar para sentir el agua caliente en mis manos cuando me predispongo a lavármelas, y mucho menos cuando me quiero pegar una ducha como corresponde. Un espectáculo, realmente.

Aún resta colocar las cortinas del living, alguna que otra lámpara, y comprar algunos artículos para la casa (cortina para la ducha, una palita, el posa-cubiertos, etcs.) pero todo ya cada cosa está en su lugar y quedó todo bien ordenadito.

Las fotos ilustrativas, junto con algunas cosas que hayan quedado en el tintero, en La Mudanza (Parte III) de próxima publicación.

Saludos.
SirThomas.

4 comments:

César said...

jajaja!! La heladera es un clásico. Me acuerdo que me enchufaron a mi... "César encargate de la heladera..." ¬¬ .

Ahora, sobre el lavarropas, porque no compran un "tender" (ni idea, así le dicen) y ponen la ropa ahí después del lavado? eso zafa bastante. Teniendo un lavarropas yo resignaría el baño de más.

Qué bueno lo del agua caliente, no sabía que existía algo así.

Abrazo!

SirThomas said...

Pasa que el "tener" (si es que así se llama) lo tendríamos que tender (?) en el living, que es el lugar donde habría más espacio para tal objetivo. Si es que te referís a esos que se "abren" y uno cuelga allí la ropa. Queda un poco "feo" y aparte la ropa tardaría siglos en secarse, se me hace. Aparte de que, solemos "gastar" bastante ropa, que se yo. Igual, es algo que está en evaluación. Si vemos que el Lavadero se hace muy caro, traemos el lavarropas y resignamos el baño. De última, pagaremos el vale sólo para secado, que costaría la mitad. Y sino, veremos.

Lo del agua caliente es mágico directamente.

Abrazo !

Pata said...

Suerte en el nuevo hogar.
Saludos,
Paddy

SirThomas said...

Gracias Paddy.

Saludos.