En franca mejoría.

Fue el diagnóstico con el que abandoné el domingo pasado la Clínica de Rehabilitación para el Cinéfilo en Recuperación que dirige el señor Federico Billie The Pixies, en la cual me interné este fin de semana para tratar mi afección cinematográfica.

Todo comenzó el sábado bien tempranito, cuando varios asistentes de Fede, a quienes se los conoce bajo el nombre de Puristas del Cine, me vinieron a buscar a casa para llevarme a la Clínica e iniciar el proceso de rehabilitación. Ya en el lugar, Fede me recibió muy amablemente y dispuesto a ayudarme en esta recuperación. Me condujo hacia mi habitación, decorada con varios pósters de películas clásicas, entre las que se destacaba la de Citizen Kane, “el próximo domingo vas a ver esa”, me dijo el Sr. Poore antes de cerrar la puerta del dormitorio y dejarme allí.

Me pidieron que no de nombres sobre otros internos de la clínica ni muchos detalles acerca de las instalaciones de la Clínica o dónde queda, pero no puedo dejar de mencionar que me sorprendí al ver a una afamada crítica de cine de uno de los monopolios más grandes del país que siempre termina sus crónicas con un “vaya a verla/no vaya” según la crítica haya sido buena o mala. No logré sacar muchos datos acerca de su internación, pero según me comentaron siempre recae y tiene que volver constantemente a la clínica, dicen que no tiene arreglo, que es un caso perdido, que lo han intentado todo. Yo la vi bastante animada de todas formas viendo “una con acción para ellos, con un poco de romance para ellas”.

Luego del almuerzo y una siesta reparadora, (parece que una de las técnicas para poder ver y disfrutar el séptimo arte en su totalidad es estar bien descansado), vimos un documental sobre David Lynch muy interesante, en el que revelaba alguno de los secretos de su cine. La mitad de nosotros no lo entendió del todo pero luego los asistentes nos ayudaban con apuntes y resúmenes. Según explicaron, hay tareas que se hacen en conjunto y otras, son particulares para cada paciente.

Más tarde, después de una rica merienda a base de vainillas y toddy, llegó el momento más importante para mí del día: Ver El Padrino.

Vale aclarar que el plan que me dieron los especialistas de la clínica es por etapas. “Vamos de a poco Sir porque lo suyo es grave”, me dijeron. Este sábado y domingo, me prepararon para ver las dos primeras entregas de El Padrino, y el próximo fin de semana será el turno para la tercera parte de la saga y de postre Citizen Kane, que no podían creer que no la haya visto, siendo que para ellos es la mejor película jamás filmada en la historia del cine.

Luego de haber visto las dos primeras partes de El Padrino me siento mucho mejor. Respiro con más tranquilidad, mis piernas y brazos responden mejor ante las exigencias, pero por sobre todas las cosas, comencé a recuperar eso que había perdido, el rumbo cinematográfico.

Sobre las películas no queda mucho por decir creo. Ya todos las vieron. Excelentes actuaciones, muy buenos climas, ni hablar de la historia, el argumento, en fin...una verdadera obra de arte. Me reservo la ampliación para la monografía que tengo que presentar este sábado cuando retorne a la Clínica para la segunda sesión de rehabilitación.

Gracias por todo y los veo nuevamente este fin de semana.

Saludos.
SirThomas.