La Honestidad ante todo (Parte II)

En este mismo blog, pero en un post anterior contamos sólo una parte de la historia. Una anécdota que involucraba a SirThomas y el Sr. Zero luego de haber disputado un partido de fútbol. La anécdota, que la pueden releer haciendo click ACÁ, versa sobre la honesta actitud que mostraron los involucrados ante el desconocimiento por parte de un kiosquero sobre el precio de un producto determinado. El precio era menor al real y ellos se lo hicieron ver para finalmente pagar el precio correspondiente. "La honestidad ante todo", decía uno de los protagonistas.

La honestidad ante todo, y por eso, reproducimos aquí la segunda parte de la anécdota, o bien la parte que no contamos aún, la más oscura, aquella en la cual podemos ver la otra cara de SirThomas, aquella que muchas veces nos quieren ocultar pero que aquí nos atrevemos a mostrar, sin censura, para que veamos completa la realidad, o bien la anécdota que contamos en aquél post.

Luego de lo sucedido, llegamos a la estación y mientras esperamos la llegada del tren, SirThomas se quiebra y confiesa:

SirThomas: Che, viste que te dije que yo siempre devuelvo el cambio, cuando me lo dan mal, o como pasó recién, si noto que el kiosquero no sabe el precio exacto, le aviso y le digo cuánto sale.
Fede: Sí, sí, yo también.

SirThomas: Bueno, sobre esto último, debo agregar que solamente una vez me aproveché de una situación así.
Fede: Jaja, y cómo fue?

SirThomas: Bueno, resulta que una vez fui a comprar aspirinas al kiosco, ésa era mi intención, o bien comprar algunas pastillas de Ibupir*c, que es la que suelo tomar.
Fede: ajas...

SirThomas: Bueno, yo, sabiendo que, por lo general, una tableta de bay*spirina o tafi*ol te la cobran un peso, un peso cincuenta más o menos, iba con esas intenciones, porque ese era el capital con el que contaba para la compra, pero primero le consulto al kiosquero de turno si tenía Ibupir*c, por si decidía comprarle "sueltas". Me contesta que sí, que sale un peso la tableta. Yo, acostumbrado a comprar este medicamento, supe al instante que el tipo estaba errado y me lo estaba cobrando al mismo precio o incluso a menor precio que las aspirinas comunes.

Fede: Y qué hiciste? Le avisaste o te llevaste la tableta igual?

SirThomas: No, no le avisé. No se por qué, quizás por la sorpresa, o por aprovechar la oportunidad, pero me llevé la tableta de ibupir*c... incluso le repregunté ¿seguro un peso? El kiosquero ratificó el precio y bueno, se lo compré a un peso, a sabiendas que el precio "real" no baja de los cuatro o cinco pesos.
Fede: Bueno, un pequeño desliz, no es tan grave.

SirThomas: Si bueno, no se. Cuando volvía a casa, luego de la adquisición, pensaba que había obrado mal... y me puso mal eso, claro, pero bueno, que se yo, fue la única vez. No recuerdo alguna otra, sinceramente, pero esta fue hace poco, ése es el tema.
Fede: Si bueno, ya está, ya pasó Sir, ahí viene el tren justo.

Aclaración: La idea original era publicarlo a la semana siguiente de la primera parte, o bien el día posterior, pero se fue postergando y aquí está (?).

Saludos.
SirThomas.